Los emprendimientos entre errores y aciertos

Los emprendimientos entre errores y aciertos

Cuando escuchamos la palabra “emprendedor”, generalmente lo asociamos con aquellas personas que deciden poner a prueba su ingenio y se arriesgan a cumplir el sueño de sacar adelante un negocio propio, de forma independiente y que deciden asumir todos los riesgos que esto conlleva. De acuerdo con Schumpeter (1966), “la función de los emprendedores es la de reformar o revolucionar las formas de producir poniendo en uso una invención o, más en general, una posibilidad tecnológica aún no probada de producir una mercancía nueva o producir una ya conocida en una forma nueva” (p.132).

Por ende, los emprendedores son visionarios que al evaluar la situación actual de un entorno, son capaces de crear nuevas ideas, servicios, productos o mecanismos para hacer la vida más sencilla y los procesos más eficientes, pero también posibilitan la mejora de lo que ya existe, innovar aquello que ya se ha descubierto pero optimizándolo, para hacer de nuestras vidas algo más placentero, divertido y sencillo. 

Según Rosgaby (2021), todo emprendedor debe tener creatividad e ingenio, pasión, visión, liderazgo, comunicación asertiva, inteligencia emocional, constancia, perseverancia, enfoque, adaptabilidad, entre otras cualidades. Si desde hace tiempo está rondando una idea en tu cabeza y deseas emprender, y cuentas con lo necesario para sacar adelante tus ideas, antes de ello es importante que te asesores y que revises cuáles son generalmente los factores de éxito y de fracaso en los emprendimientos.

Como hemos mencionado anteriormente, todo emprendimiento conlleva un riesgo, pero este riesgo puede reducirse en la medida en la que el emprendedor ha analizado todos los factores que incidirán en el desarrollo de su idea. Es decir, antes de iniciar un nuevo proyecto, es necesario que te hayas percatado y asegurado que en el entorno en el que te encuentras y en el que esperas ejecutar tu idea, lo que vas a ofrecer es algo que verdaderamente necesitan tus consumidores potenciales. 

En pocas palabras, debes realizar un estudio de mercado enfocado en las oportunidades y amenazas del entorno, en las fortalezas y debilidades internas, en las características del sector. Otro aspecto fundamental es que debes tener plena conciencia de que muy probablemente tu producto o servicio no va a ser único o va a poder ser reemplazado por otras ideas existentes y que ya se encuentran en el mercado; por lo tanto deberás evaluar tu competencia y de qué manera podrás hacerle frente a ellos para superarlos, y para esto necesitas definir tu ventaja competitiva y diferenciarte, que es por lo cual las personas van a elegir tu idea sobre la de tu competencia.

Si bien como emprendedor debes ser optimista, no abuses de esta cualidad, mantén tu optimismo intacto pero tráelo a la realidad y aterrízalo, no sobreestimes los ingresos ni infravalores los gastos, ten precaución y evalúa todos los riesgos, no subestimes tampoco a la competencia, no peques de confiado. También el individualismo puede ser el fracaso de tu idea, debes entender que para sacar tu proyecto adelante necesitas otras manos y  opiniones que te complementen y te ayuden a solucionar los conflictos. 

Asimismo, la paciencia será tu mejor aliada, debes comprender que todo proyecto requiere de un tiempo prudente para despegar, si tu objetivo solo se basa en crecer más que en crear un proyecto sostenible, es posible que estés haciendo unas estimaciones por encima de las posibilidades del negocio. Además de esto, debes hacer una lectura correcta de la actualidad, del comportamiento de los consumidores, la economía y el entorno, debes estar dispuesto a moverte y cambiar al ritmo que cambia el mercado, porque si te rehúsas a hacerlo es probable que tu idea sea obsoleta.

Por último, por más innovadora y genial que sea tu proyecto, este necesita venderse y para vender necesitas tocar puertas y buscar clientes, luego que conozcan el producto debes fidelizarlos para que ellos mismos sean los promotores de tu marca y se encarguen de promulgar los beneficios y las maravillas de tu idea. Pero antes de esto debes abarcar todos los medios posibles para que tu público objetivo te vea, debes ser visible por medio de todas las herramientas que actualmente la internet nos provee, desde redes sociales, hasta la promoción en los buscadores. Todas las formas de comunicación que usen tus clientes serán tu medio de divulgación.

Cuando eres emprendedor el cielo es el límite, deseas que tu idea sea exitosa y que todos la amen y la conozcan, pero no todo es color rosa y en el camino te enfrentarás con ciertos obstáculos, de tí depende que estos sean una simple piedra que te impide continuar, o si por el contrario, lo conviertes en una posibilidad de mejora y crecimiento. Continúa con tu proceso y sigue aprendiendo, los clientes y tu equipo de trabajo serán siempre tus mejores maestros. 

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